Los huevos de consumo son una fuente vital de proteína en numerosos países, reconocidos por su alto contenido proteico y su versatilidad culinaria. Sin embargo, las preferencias de los consumidores respecto al tamaño del huevo pueden variar significativamente entre regiones, influenciadas por factores culturales, económicos y productivos.
Las preferencias locales juegan un papel crucial en la determinación del tamaño ideal del huevo. Por ejemplo, algunos consumidores pueden inclinarse por huevos más pequeños, asociándolos con frescura y calidad, mientras que otros prefieren huevos más grandes por su mayor versatilidad en la cocina. Además, el precio de los huevos suele fluctuar según su tamaño, lo que influye directamente en las decisiones de compra. En ciertos mercados, los huevos grandes tienen un precio premium, haciendo que el presupuesto sea un factor clave para los consumidores.
La rentabilidad de la industria de producción de huevos de consumo depende de la capacidad de las parvadas de ponedoras para maximizar la producción de huevos de primera calidad por gallina, especialmente en términos de tamaño. Los productores eligen razas ponedoras según sus objetivos de producción y el potencial genético de cada línea para producir huevos dentro de rangos de tamaño específicos. Otros factores importantes como el peso corporal al inicio de la postura, densidad de alojamiento, programas de luz durante la recría, manejo del estrés por calor y la nutrición también influyen significativamente en el tamaño final del huevo de cada raza.
AVANCES GENÉTICOS
En los últimos 10 a 15 años, las empresas genéticas han innovado sus productos para mejorar características como la persistencia en la postura, el número total de huevos, la eficiencia en conversión alimenticia, la calidad de la cáscara, el color y el tamaño óptimo del huevo, todo alineado con las preferencias del consumidor y la demanda del mercado. Además, características como la robustez, el comportamiento tranquilo y el desempeño en distintos sistemas de producción, incluidos los sistemas libres de jaula cada vez más populares, se han vuelto criterios clave de selección.
Para responder a los requisitos del mercado, Novogen ha dedicado casi dos décadas a ajustar el perfil de peso del huevo en sus líneas Brown y White. Esta estrategia se centra en lograr un aumento rápido del tamaño del huevo durante las primeras semanas de postura para asegurar la disponibilidad temprana de huevos comercializables. Asimismo, se trabaja para estabilizar el peso del huevo hacia el final del ciclo productivo, lo cual mejora la calidad de la cáscara y maximiza la rentabilidad a largo plazo.
Además, Novogen mantiene la flexibilidad para adaptar su oferta según las tendencias del mercado, independientemente del color del huevo. Por ejemplo, los indicadores de rendimiento de la gama NOVOgen White se ilustran en la Tabla 1.
Tabla 1 – NOVOgen White estirpes
ESTIRPES | 25 SDE1 Peso corporal | 25 SDE1 Peso del huevo | 45 SDE1 Peso corporal | 45 SDE1 Peso del huevo | 65 SDE1 Peso corporal | 65 SDE1 Peso del huevo | 85 SDE1 Peso corporal | 85 SDE1 Peso del huevo | 105 SDE1 Peso Corporal | 105 SDE1 Peso del huevo |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
WHITE | 1545 | 56,8 | 1688 | 63,1 | 1700 | 64,5 | 1725 | 65,4 | 1725 | 66,1 |
WHITE LIGHT | 1510 | 55,4 | 1638 | 61,1 | 1662 | 62,3 | 1685 | 63,5 | 1685 | 64,5 |
WHITE ULTRA LIGHT | 1480 | 54,7 | 1608 | 59,7 | 1620 | 60,7 | 1635 | 61,5 | 1635 | 62,1 |
PESO CORPORAL AL INICIO DE LA POSTURA
Las pollitas con mayor peso corporal al inicio de la postura suelen ser fisiológicamente más maduras. Esta madurez mejora el desarrollo del sistema reproductivo, con ovarios más grandes y un oviducto más desarrollado. Esto permite producir yemas más grandes, lo que a su vez se traduce en huevos de mayor tamaño. Además, las pollitas más pesadas tienden a tener más grasa corporal y masa muscular (E. Lacin et al., 2008; Muir et al., 2023; Jian Lu et al., 2025), reservas nutricionales esenciales para la producción de huevos y el crecimiento hasta al menos las 33 semanas de edad.
Una vez que las gallinas alcanzan una tasa de postura constante y sostenida, estas reservas de energía son clave para mantener la producción y el tamaño de los huevos. Dos estudios realizados por A. Pérez-Bonilla et al. (2012), mostrados en las Tablas 2 y 3, demuestran que las gallinas con mayor peso inicial producen huevos más pesados y una mayor masa total de huevo, aunque también presentan un mayor consumo de alimento y una relación de conversión alimenticia (FCR) menos eficiente entre las semanas 22-50 y 24-59 de edad.
Tabla 2 – Efecto del contenido de proteína bruta y grasa de la dieta en el rendimiento productivo de gallinas ponedoras de huevos marrones con diferente peso corporal inicial ( A.Perez-Bonilla et al.2012)
22 – 50 SDE2 | Inicial PC1 a 21 SDE2 (g) | Produccion de huevos (%) | Peso del huevo (g) | Masa de huevo (g/d) | Consumo de alimiento (g/hen per d) | IC3 (kg/dozen) | PC1 ganar (g) |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Alto | 1860 | 92,5 | 64,9 | 60 | 120,6 | 1,57 | 233 |
Bajo | 1592 | 89,8 | 62,4 | 56,1 | 113,9 | 1,52 | 289 |
P-valor | P < 0. 01 | P < 0.001 | P< 0.001 | P <0.001 | P< 0.01 | P< 0.01 |
Tabla 3 – Efecto de la concentración energética de la dieta sobre el rendimiento productivo de gallinas ponedoras marrones con diferente peso corporal inicial y la calidad del huevo de gallinas ponedoras marrones con diferente peso corporal inicial ( A.Perez-Bonilla et al.2012)
24 – 59 SDE2 | Inicial PC1 a 21 SDE2 (g) | Produccion de huevos (%) | Peso del huevo (g) | Masa de huevo (g/d) | Consumo de alimiento (g/hen per d) | IC3 (kg/dozen) | PC1 ganar (g) |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Alto | 1733 | 91,2 | 64,2 | 58.5 | 114 | 1,49 | 313 |
Bajo | 1606 | 90,5 | 63 | 57 | 111 | 1,46 | 307 |
P-valor | NS | P < 0.001 | P< 0.01 | P <0.001 | P< 0.001 | NS |
Por tanto, es importante asegurar un peso corporal óptimo y el desarrollo adecuado de los tejidos desde las primeras 5-6 semanas. El peso debe monitorearse desde el inicio de la parvada. Vigilar el peso corporal durante la recría permite ajustar la estrategia alimenticia en función del desarrollo de las aves. Aumentos graduales y constantes en el consumo de alimento son esenciales para el desarrollo corporal adecuado.
La capacidad de consumir alimento suficiente entre las semanas 10 y 16 es vital para que las gallinas cumplan con sus requerimientos nutricionales conforme se aproxima el inicio de la postura. Alcanzar una uniformidad del lote superior al 85% al inicio de la postura ayuda a regular el tamaño promedio del huevo a lo largo del ciclo productivo. Además, mantener densidades de alojamiento adecuadas reduce la competencia por el alimento y el estrés, disminuyendo así la aparición de huevos pequeños y favoreciendo una postura constante.
El manejo de la luz es otro factor crucial para el desarrollo y desempeño de las pollitas y ponedoras durante la recría. La exposición diaria total a la luz influye directamente en el crecimiento. Períodos largos de luz promueven mayor consumo de alimento, mejor condición corporal y, por ende, huevos más pesados. Tanto el momento de la estimulación lumínica como el peso promedio del lote son determinantes para el inicio de la postura y el tamaño de los huevos producidos. Una estimulación temprana con pesos bajos puede adelantar la madurez, pero producir huevos pequeños; mientras que una estimulación más tardía con pesos altos puede retrasar la madurez y generar huevos más grandes.
Mantener a las gallinas dentro de su zona termoneutral (20°C – 24°C) debe ser una prioridad en la granja. Un control climático eficaz, con buena ventilación y sistemas de enfriamiento, es esencial para evitar el estrés térmico, que tiene un efecto negativo sobre el tamaño, la calidad y los parámetros de producción del huevo. Según FAOSTAT (2010), el peso del huevo disminuye un 0.4% por cada aumento de 1°C entre 23°C y 27°C, y un 0.8% por cada grado adicional por encima de 27°C.
NUTRICIÓN
Un huevo promedio de 60 gramos contiene aproximadamente 33-36 g de clara, 16-20 g de yema y 8-10 g de cáscara. La albúmina contiene 10-11 g de proteína y 0.3% de grasa, mientras que la yema contiene 17.5% de proteína y 30% de grasa. Los carbohidratos y azúcares están presentes en cantidades mínimas. La cáscara representa el 9-13% del peso total. A medida que las gallinas envejecen, el peso del huevo tiende a aumentar, debido principalmente a una mayor proporción de yema respecto a la albúmina y al incremento en la deposición de grasa.
El ácido linoleico, presente en aceites vegetales y animales, es crucial para las gallinas. Su suplementación aporta energía metabolizable, reduciendo la necesidad de ingesta adicional de alimento. Diversos estudios han demostrado que el peso del huevo aumenta significativamente con niveles más altos de ácido linoleico en la dieta. Este ácido graso es un componente esencial de la estructura lipídica que favorece la deposición de lípidos en la yema. Según estos estudios, los niveles óptimos de ácido linoleico deben ser de 1.1-1.3% para peso mínimo y 2-2.2% para peso óptimo (Mendez et al., 1999; Grobas et al., 2001). Para controlar el tamaño del huevo al final del ciclo de postura, puede ser útil reducir intencionadamente este nutriente.
El nivel proteico de la dieta también influye en el tamaño del huevo. Según 24 publicaciones, aumentar la proteína dietética en un 1% se relaciona con un incremento de aproximadamente 1.65% en el peso del huevo y de 1.50% en la tasa de postura. Es esencial balancear los siete aminoácidos principales al formular raciones, proporcionando el resto con la menor proteína bruta posible. Aunque la proporción de aminoácidos en el huevo es constante, los requerimientos pueden ajustarse para obtener huevos más grandes. Una deficiencia en cualquier aminoácido esencial puede restringir el tamaño del huevo.
La metionina, considerada el primer aminoácido limitante, tiene un efecto directo sobre el peso del huevo. Se evalúa junto con la cistina, y su ingesta combinada debe estar entre 0.70% y 0.74%. También deben considerarse los niveles óptimos de los demás aminoácidos esenciales. Para reducir el tamaño del huevo, puede recurrirse a una reducción estratégica de proteína, ácido linoleico o metionina+cistina. No obstante, estas restricciones no deben implementarse antes de las 45 semanas de edad, ya que esto afectaría negativamente la producción total. Una reducción general de proteína también puede impactar negativamente tanto el número de huevos como su tamaño. Controlar la ingesta de aminoácidos digestibles totales es esencial, ya que estudios sugieren que reducir todos los aminoácidos puede ser más efectivo que limitar únicamente la metionina (Lemme, 2009; Macelline et al., 2021).
Como aminoácidos de cadena ramificada (BCAA), la isoleucina y la valina son vitales para la inmunidad intestinal, capacidad antioxidante y procesos metabólicos esenciales (Dong et al., 2016). La isoleucina es fundamental para el crecimiento, la masa óptima del huevo y la producción (Shivazad et al., 2002). Un ensayo de 2020 (Parenteau et al.) mostró que una reducción del 2% en la proteína bruta, con dietas suplementadas con aminoácidos sintéticos—particularmente una proporción Isoleucina:Lys del 90%—produjo una mayor proporción de huevos grandes (56-63 g). Esto indica que la isoleucina podría manipular el tamaño del huevo, posiblemente a expensas de la producción diaria total. También se observaron respuestas óptimas cuando la relación digestible ileal estandarizada (SID) Ile:Lys se mantuvo entre 82% y 88% (Tabla 4).
Tabla 4 :Ponedoras alimentadas con una dieta baja en proteínas con niveles variables de SID Ile:Lys a un control durante 20-27 semanas y 28-46 semanas.
20-27 SDE1 | Consumo de alimiento (g/hen per d) | Produccion de huevos (%) | Peso del huevo (g) | Masa de huevo (g/d) |
---|---|---|---|---|
CONTROL | 97 | 97.6a | 51.7a,b | 50.6a |
SID Ile : Lys 702 | 95 | 94.3b | 51.3a,b | 48.6b |
SID Ile : Lys 80 | 98 | 93.8b | 51.5a,b | 48.6b |
SID Ile : Lys 90 | 96 | 95.4a,b | 52.1a | 49.9a,b |
SID Ile : Lys 100 | 96 | 97.6a | 51.1b | 49.8a,b |
P-valor | 0.211 | < 0.001 | 0.004 | 0.003 |
28-46 WOA1 | Consumo de alimiento (g/hen per d) | Produccion de huevos (%) | Peso del huevo (g) | Masa de huevo (g/d) |
---|---|---|---|---|
CONTROL | 114a | 99.2a,b | 58.2a | 57.5 |
SID Ile : Lys 702 | 113a,b | 97.7c | 58.6a | 57.2 |
SID Ile : Lys 80 | 116a | 98.1a,b | 58.0a,b | 57 |
SID Ile : Lys 90 | 110b | 99.6a | 58.2a | 58 |
SID Ile : Lys 100 | 111b | 99.1a,b | 57.3b | 56.7 |
P-valor | <0.001 | < 0.0001 | <0.001 | 0.058 |
Las ponedoras utilizan entre 60-65% de la energía del alimento para mantenimiento, y el resto para la producción de huevo. Este mantenimiento depende del peso corporal, la actividad física y la cobertura de plumas. Las gallinas criadas sin jaula necesitan más energía debido a su mayor actividad. Una deficiencia energética obliga a las aves a usar proteínas como fuente de energía, reduciendo la disponibilidad de aminoácidos para el tamaño del huevo. Por el contrario, un exceso energético puede reducir el consumo total de alimento y, por ende, el tamaño del huevo. Por ello, mantener una ingesta energética óptima es clave.
La presentación del alimento también influye. Un exceso de partículas finas (menos de 1 mm) reduce la ingesta y el tamaño del huevo. Aplicar la técnica de “vaciado de comederos” una vez al día ayuda a que se consuman todas las partículas. Para mantener un tamaño de huevo óptimo a lo largo del ciclo, se pueden emplear programas de alimentación por fases, con reducciones graduales y controladas en los niveles de energía y aminoácidos.
CONCLUSIÓN
El manejo del tamaño del huevo es un proceso dinámico. El monitoreo sistemático y regular de tasas de postura, peso corporal, consumo de alimento y parámetros de calidad del huevo es esencial. Esta recopilación continua de datos permite hacer ajustes oportunos e informados en el manejo y la nutrición, asegurando que el objetivo principal—minimizar el tamaño del huevo sin comprometer la tasa de postura—se cumpla a lo largo de la vida productiva de la parvada.