En los últimos 10-15 años, el desempeño de las ponedoras ha mejorado significativamente como resultado de la selección genética. Hoy en día, estas aves pueden lograr tasas de postura superiores al 90% durante más de 60 semanas, con mayor persistencia, sin necesidad de muda, mejor eficiencia alimenticia y un aumento en la tasa de huevos vendibles, lo que refleja avances genéticos notables.
Sin embargo, el progreso genético por sí solo no garantiza la productividad, sostenibilidad y rentabilidad esperadas. Es esencial combinar una buena nutrición con un manejo adecuado del rebaño para alcanzar los objetivos genéticos. Además, los productores de huevos enfrentan desafíos como el aumento de las temperaturas internas debido al cambio climático, el cumplimiento de nuevas normativas de bienestar animal y la reducción de emisiones contaminantes.
La nutrición de precisión utilizando un alimento de alta Calidad es uno de los criterios más importantes para alcanzar el potencial genético del ave. Sin embargo, abastecerse y usar consistentemente materias primas de alta Calidad y digestibilidad puede tornarse un desafío. Mas aún, los factores anti nutricionales deben de minimizarse a la par de mantener la salud e integridad intestinal para asegurar una digestión óptima. Para poder abarcar estos problemas, los nutricionistas usan regularmente aditivos debido a sus ventajas para mantener la salud e integridad intestinal además de asegurar una digestión óptima.

PERÍODO DE CRÍA
Durante la primera mitad del período de 16 semanas de crianza de pollitas, el objetivo es alcanzar un rápido potencial de crecimiento y obtener el peso corporal más alto posible con una buena composición corporal. El programa de alimentación debe centrarse en proporcionar aminoácidos y minerales digestibles para garantizar el desarrollo fundamental de los órganos internos, músculos y el esqueleto en esta etapa temprana de la vida. Este es el primer paso para asegurar el éxito durante todo el período de postura.Dado que el sistema digestivo de las pollitas aún no está completamente desarrollado en esta etapa, es importante utilizar materias primas con alta digestibilidad. Además, durante este período se produce el desarrollo del tejido epitelial intestinal, las alturas de las vellosidades y las profundidades de las criptas. El costo de apoyar este desarrollo con butirato es relativamente más económico en comparación con otros aditivos alimenticios, por lo que este es preferido.El ácido butírico tiene efectos antiinflamatorios bien documentados y ha demostrado fortalecer la barrera mucosa intestinal al estimular uniones más estrechas entre las células del epitelio intestinal (Richard Ducatelle, 2015). Los beneficios del butirato se han demostrado en numerosos estudios in vivo e in vitro, como se muestra en tablas 1 y 2. Este aditivo es especialmente importante durante la fase inicial, ya que puede contribuir al desarrollo óptimo del peso corporal.Por otro lado, se puede preferir un emulsionante que mejore la digestión de grasas adicionales durante las primeras 5 semanas del proceso.
Tabla 1 – Morfología duodenal y ganancia de peso de 21-27 días posteriores a desafío coccidial.
Tratamientos | Ganancia de peso | Duodeno nm Longitud de vellosidades | Duodeno nm Profundidad de criptas |
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Control | 252 b | 1.428 | 270 a |
0.2% butyric acid | 316 a | 1.562 | 266a |
Tabla 2. Parámetros histomorfológicos del íleo (μm) de acuerdo con Alicja Sobczak y K. Kozłowski 2016
Items | Grupo T1 | Grupo T2 | Grupo T3 | p |
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Grosor de la capa glandurar | 701a ± 177 | 862a ± 54 | 624b ± 109 | 0.003 |
Altura de las vellosidades | 701a ± 177 | 729a ± 47 | 529b ± 91 | 0.003 |
Profundidad de las Criptas | 124a ± 28 | 133a ± 22 | 97b ± 29 | 0.023 |
Relación altura de vellosidades: profundidad de criptas | 5.76 ± 208 | 5.60a ± 0.89 | 5.62 ± 0.95 | 0.931 |
T1: grupo control alimentado con una dieta basal; T2: dieta basal suplementada con una fuente de ácido butírico a 500 g/t alimento; T3: dieta basal suplementada con butirato de sodio protegido a 700 g/t alimento.
El objetivo de la segunda etapa de la recría es aumentar la capacidad de ingesta de alimento de las pollitas. Esta capacidad es crucial para alcanzar un pico máximo de postura y una persistencia óptima durante todo el período de producción. Es importante incluir formulaciones con materias primas de menor densidad y mayor contenido de fibra cruda, ya que disminuye la demanda de proteínas y aminoácidos. Si las materias primas son adecuadas, se recomienda alcanzar un contenido de fibra cruda del 5-6% en la dieta durante esta fase.
PERÍODO DE TRANSICIÓN
Al final de la fase de cría, justo antes del inicio de la producción de huevos, ocurre la transición de pollita a ponedora. Este cambio implica una transformación significativa en los procesos metabólicos debido a la regulación hormonal, iniciándose el desarrollo de huesos medulares y adaptándose el metabolismo hacia la producción de huevos. Durante esta etapa, las aves deben mostrar un incremento en el peso corporal. Para apoyar la formación de huesos medulares y el desarrollo de partes reproductivas, se debe suministrar alimento pre-postura en la cantidad y momento adecuado. Esto es fundamental para lograr un pico de producción exitoso.
PERÍODO DE PRODUCCIÓN
En la primera fase de producción, las gallinas alcanzan su mayor tasa de postura y rendimiento máximo. En este momento, la calidad del alimento, una buena granulometría y una nutrición precisa son esenciales. Enzimas como la fitasa y NSP se utilizan desde la fase de cría para mejorar la digestión del alimento y reducir el contenido de nutrientes en el estiércol. Es fundamental que estas enzimas mantengan su efectividad en diferentes condiciones de pH y durante el tratamiento térmico.
Otro factor crucial es la higiene del alimento. Cuando los niveles de micotoxinas exceden los límites aceptables, es necesario reducir su absorción mediante productos anti-micotoxinas. Además, el uso de ácidos orgánicos apropiados en los alimentos ayuda a reducir la carga de moho y bacterias, mejorando tanto el rendimiento como la absorción de nutrientes y minerales.
El uso de aditivos con propiedades antioxidantes para reducir la oxidación de grasas añadidas también respalda la integridad intestinal. Además, aditivos naturales como ácidos orgánicos, extractos vegetales, aceites esenciales, probióticos y prebióticos han demostrado mejorar la salud intestinal y el rendimiento en ensayos in vitro e in vivo. Estos aditivos ayudan a alcanzar el máximo potencial genético en función de las condiciones actuales.
Después del período de máximo rendimiento (generalmente después de las 50 semanas), se pueden añadir metabolitos de vitamina D y minerales quelados como Zn, Mn y Cu para proteger los huesos, mejorar la calidad de la cáscara y mantener el rendimiento.
Figura 1: Mejoras en desempeño con diferentes aditivos



Efectors de diferentes aditivos como las mezclas fitogénicas, el timol (THY), el carvacrol (CV) y el cinamaldehído (CN), butiraro de sodio (SB), xyalo-oligosacáridos (XOS), fructoologosacáridos (FOS) y manooligosacáridos (MOS) sobre el desempeño de las ponedoras. Las barras indican la diferencia promedio con respecto al grupo control: para aves día % se expresa en porcentaje, para FCR en puntos (kg/kg), los biomarcadores de estrés oxidativo se expresan como diferencias de promedio (WMD) para la dismutasa superoxida en suero (SOD) y malondialdehido (MDA). (Based on: Orzuna-Orzuna & Lara-Bueno, 2023; Miao et al., 2021; Zhang et al., 2022; Adli et al., 2023, *indica diferencias significativas versus el control sin suplemetnación)
La Figura 1 ilustra las mejoras en el rendimiento de las ponedoras mediante el uso de diversos aditivos alimenticios, basándose en un metanálisis de ensayos que comienzan en promedio a las 35 semanas de edad y tienen una duración de dos semanas. Estos datos pueden guiar a los nutricionistas en la toma de decisiones estratégicas para optimizar la productividad. Mezclas Fitogénicas (PBl): Mejoran la salud intestinal con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias;Mantienen una barrera intestinal saludable, reduciendo los recursos destinados a reacciones inflamatorias innecesarias; adicionalmente, Reportan beneficios adicionales en el estado antioxidante de los huevos, tanto en calidad interna como externa. Oligosacáridos Prebióticos (MOS, FOS, XOS): Actúan modulando el microbioma intestinal, favoreciendo las bacterias beneficiosas; Incrementan la producción de compuestos como el ácido butírico; Suprimen bacterias patógenas potenciales, especialmente gramnegativas, mejorando la integridad intestinal y la absorción de nutrientes. Butirato de Sodio (SB): Tiene efectos antiinflamatorios y antioxidantes bien documentados; Reduce el estrés oxidativo y la proliferación de microbiota patógena en el intestino; Contribuye significativamente a la salud intestinal y al rendimiento.
CONCLUSIÓN
Como conclusión, la producción de dietas equilibradas y de alta calidad para ponedoras enfrenta desafíos cada vez mayores debido a la disponibilidad limitada de materias primas, problemas de digestibilidad, factores antinutricionales en su composición y la presencia de bacterias y hongos indeseados. En este contexto, los aditivos alimenticios naturales se posicionan como herramientas clave para mitigar estos riesgos.
Estos aditivos contribuyen a formular raciones óptimas y rentables que mejoran el rendimiento de las ponedoras y permiten alcanzar su máximo potencial genético. Además, en condiciones desafiantes como una bioseguridad deficiente, problemas de salud en los lotes o prácticas de manejo desfavorables, el uso de aditivos puede potenciar aún más los beneficios y la rentabilidad de las dietas.
La colaboración con expertos en nutrición local resulta esencial para seleccionar y añadir los aditivos más adecuados en el momento preciso. Esto garantiza la optimización de la calidad de las materias primas disponibles y una adaptación efectiva a las condiciones ambientales, permitiendo de esta manera alcanzar el máximo potencial genético de las aves.